Hoy nos hemos acercado a la playa con ganas de hacer un mini-reportaje fotográfico. Hemos escogido un reptil marino y un dinosaurio herbívoro para reconstruir escenas cotidianas que debieron pasar hace miles de millones de años.
El reptil marino es un Kronosaurus “lagarto de Cronos”. El Kronosaurus era un carnívoro gigante que podía llegar a medir más de 10 metros de largo. El herbívoro que hemos escogido es un Parasaurolophus, un dinosaurio tranquilo y relajado a quién le encantaba beber a la orilla del mar…
El kronosaurus era el rey del océano en su época, el cretácico, y el máximo depredador tanto de otros reptiles marinos y peces prehistóricos como de dinosaurios.
Tras esperar pacientemente, hemos fotografiado al kronosaurus nadando por el océano en busca de comida. A lo lejos, en la orilla, divisa una manada de dinosaurios bebiendo tranquilamente totalmente ajenos al peligro que les acecha.
El kronosaurus se acerca cada vez más a la orilla sin ser visto por la sedienta manada de parasaurolophus. A pesar de su gran tamaño, se mueve sigilosamente entre las olas para no ser visto desde la orilla. Su estrategia de caza es impecable.
Los movimientos del kronosaurus son extremadamente ágiles y rápidos a pesar de su medida y peso. Se mueve como pez en el agua. El kronosaurus aprovecha que todos los parasaurolophus han bebido y se están alejando de la orilla, para acercarse a uno que se ha quedado rezagado para beber un poco más. El pobre parasaurolophus bebe ajeno a su mala suerte.
De repente, el parasaurolophus ve un movimiento rápido en el agua, e intenta alejarse a toda prisa, pero ya es demasiado tarde. Quiere echar a correr, pero el miedo le ha paralizado.
El kronosaurus es más rápido que él y en un movimiento rápido se abalanza contra el herbívoro y lo agarra por detrás. El parasaurolophus lucha contra el gran depredador sin éxito. La mandíbula del enorme animal, repleta de dientes afilados, lo tiene bien agarrado y no puede hacer nada. Se retuerce intentando liberarse del monstruo sin éxito. Emite sonidos guturales a través de su cresta tan identificativa para pedir ayuda a sus compañeros de manada, pero ellos no pueden hacer nada para ayudarlo.
El Kronosaurus se retira de la orilla con su presa bien agarrada para ahogarla en las profundidades. Esto también forma parte de su estrategia de depredador, ya que con el parasaurolophus fuera del agua, le costaría bastante matarlo.
Son imágenes tristes para los que somos amantes de los animales, pero es una demostración de su instinto de supervivencia y del ciclo de la vida. Si la historia de la tierra hubiese ocurrido de otro modo, probablemente hoy no estaríamos aquí.
¿Os ha gustado nuestro dino-reportaje fotográfico? Dejadnos vuestros comentarios.
Jugetes… XD jajajajaja, no me gustaron. Pero dejando de lado las imágenes, interesante relato…
Gracias Fernando XD