El alosaurio tenía una cabeza pequeña en comparación con otros depredadores de su tamaño. Sus dientes, un total de 60, también eran pequeños, por eso su sistema de caza era diferente, como explicamos más adelante. Sobre sus ojos -y a lo largo de estos- destacaban unas protuberancias óseas muy llamativas, recubiertas de queratina, lo que las hacía más grandes y llamativas.